En la Edad Media, la Peste Negra llegó a matar a unas 50 millones de personas, en Europa, y aunque fue finalmente controlada, nunca desapareció por completo.

Ahora, tres nuevos casos registrados en China han encendido todas las alarmas. Los dos primeros casos están relacionados con la ingesta del riñón crudo de una marmota, considerado un remedio local, y el tercero con la ingesta de un conejo de campo.

Esta enfermedad es causada por bacterias y transmitida por animales infectados a través de picaduras de pulga. Se puede desarrollar de tres formas distintas: Peste Bubónica, que causa la inflamación de los ganglios linfáticos; Peste Septicémica, que infecta la sangre; y Peste Neumónica, que ataca los pulmones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS,) la enfermedad es siempre fatal si no se atiende de inmediato.

Veintiocho personas que estuvieron en contacto con los afectados fueron puestas en cuarentena, pero hasta ahora ninguno ha mostrado fiebre ni otros síntomas asociados a la Peste Negra. Entre 2010 y 2015, se registraron 3.248 casos en todo el mundo, de los cuales 584 fueron casos fatales. Los tres países más afectados son la República Democrática del Congo, Madagascar y Perú.

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